Marta y Mario tenÃan claro el dónde ahora bien el Cómo era otra pregunta bien distinta. Cuando vi por primera vez el sitio donde iba a ser todo el tinglao he de reconocer que me dije: "No, otra vez no", "Otro prao nooo" Organizar una boda en medio del campo siempre es un reto, no sólo por todo lo que supone de logÃstica si no porque la decoración se complica mucho al no tener altura. No habÃa árboles que nos den frescor con su color verde ni tampoco que nos den la posibilidad de usar su ramas. Pero como en otras ocasiones tiramos de inventiva y de la casa de la abuela. En estos casos nos encanta quedar con los familiares de pueblo y ver que "cacharros" tienen por ahà que nos puedan servir. Como podéis imaginar en un pueblo siempre salen elementos supercuriosos que hacen que sea mas original la deco. En este caso contamos con la ayuda del manitas del hermano de Marta y de su tÃa que nos ayudaron con un montón de cosas.
Marta llegó en un maravilloso coche de caballos desde PiedrahÃta hasta la ermita. HacÃa un calor ese dÃa como para morirse y los caballos decidieron que preferÃan ir despacito lo que hizo que Mario tuviera que esperar todo nervioso. Después de la ceremonia tanto el cóctel como la cena y el baile se desarrollaron en el prado de enfrente. Y como no deja de ser Gredos por la noche nadie dijo que no a los chales que pusimos de regalo.
La comida exquisita como todo lo que Catering HC prepara. El momento para no olvidar? cuando ese novio se corta con un folio un pelin un dedo y se marea al ver su sangre. Nunca se me olvidará el comentario de Marta: "Tranquilos, es asà de flojo"
Fue un bodorrio de los de "Hasta el amanecer", no habÃa vecinos a los que se podÃa molestar.
Y casualidades de la vida, cuando estábamos recogiendo dentro de la iglesia tuve la suerte de conocer en persona a Patricia de Peonias Eventos, que cosas que pasan habÃa sido bautizada en esa ermita y al verla abierta decidió entrar.