Las familias son como los ríos al principio son pequeños apenas un hilo de agua. Empiezan con un si quiero y poco apoco van creciendo. Se van incorporando afluentes y nuevos miembros y de vez en cuando otro "Si quiero" hace que el caudal de la familia  aumente. 

Cada vez que oficio una ceremonia me doy cuenta de que pequeños somos, de que sin todas esas personas no seríamos nunca un río. Para crecer necesitamos incorporar a nuestra alma las enseñanzas, el cariño y la experiencia que todos y cada uno de nuestros afluentes nos aportan.

No se necesitan de grandes fiestas ni de de grandes bodas, solo se necesita que todos ellos estén allí. 

Azucena y Antonio estaban acompañados de todos y cada uno de sus afluentes por lo que sin duda alguna su día fue Perfecto.

"Que el amor crezca en vosotros y os ayude a llevar la alegría a los corazones de cuantos amáis."