Boda Dory y Emilio 22/09/2018



Claro ejemplo de que el amor no se busca, se encuentra.

Dory no tenía la menor gana de enamorarse  y tener pareja pero apareció en su vida un hombre sencillo que poco a poco fue haciéndose un hueco en su corazón hasta que lo llenó por completo.
El amor es así, aparece cuando menos te lo esperas y no puedes escapar de él si quieres ser feliz.

La ceremonia comenzó de una forma un poco diferente a lo habitual. Antes de incluso dar la buenas tardes y con la música de fondo del Diario de Noa, leí el siguiente texto mientras Dory encendía la vela de su padre que nos acompañaría el resto de la celebración. 


Puedes llorar porque se ha ido,

o puedes sonreír porque ha vivido.

Puedes cerrar los ojos

y esperar que vuelva,

o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado;

tu corazón puede estar vacío

porque no lo puedes ver,

o puede estar lleno del amor

que compartiste.

Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el vacío y dar la espalda,

o puedes hacer lo que a él le gustaría:

Sonreír, abrir los ojos, amar y seguir. 
Quien pasó por nuestra vida y dejó su luz,
ha de resplandecer en nuestra alma para toda la eternidad.


A pesar de que Emilio es un hombre muy tímido leyó sus votos de manera alta clara para que a todo el mundo le quedara clara que el amor de su vida es Dory y que es la mujer de su vida.

De todo lo que se leyó ese día me quedo con dos frases que dijo Laura y que para mi son imprescindibles.

El amor es tener la capacidad de perdonar y de ser perdonado, no es
casarse con la pareja perfecta es ser la pareja perfecta.









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